México en nuestros días.
Puedo ver a un México, desesperado, cansado y marchito. Puedo ver a un
México sumido en la desesperanza, en la apatía e incrédulo. Pero este
México se ha levantado muchas veces de condiciones inciertas, adversas
y tiranas; con el argumento válido e intachable de un orgullo que honra
a cada uno de los mexicanos. Ese argumento es nuestro valor cívico que
hay en cada uno de nosotros, en nuestro trabajo, en nuestra familia, y
en nuestro pensamiento ideológico forjado en años
de historia, con enseñanzas de vida de seres que nos dieron patria y
libertad, que nos mostraron el camino para sacudirnos las cadenas que
enajenan a nuestro país. Yo los invitó a seguir con esta lucha
ideológica y prepararse para enfrentar alzando la voz contra gente que
creé tener la razón a la sombra del dinero o el poder, que no están
conscientes del daño que hacen a nuestra sociedad. Yo los invitó a
decir;- ¡ya vasta!
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